sábado, 22 de octubre de 2011

Malos Tiempos Parte II


Este año estoy cursando uno de los cursos más difíciles y decisivos de mi vida: segundo de Bachillerato. Este curso no lo he cogido con las mismas ganas con las que solía hacerlo: en verano tuve que estudiar por primera vez en mi vida, algo que me trastocó mucho y de una forma negativa, pero al final conseguí mi objetivo: aprobar. Esto me llenó de fuerzas y deseo de seguir adelante pero mi viaje Londres las aminoró: demasiadas caminatas en cinco días. Volví a España muy cansada, sin fuerzas y con poca ilusión. Y ayer me di cuenta de que no tengo ilusión por nada, se ha esfumado como si nada.

Llevo desde tercero de la E.S.O. con la ilusión de estudiar Medicina pero esta ilusión, como ya he dicho, ya no está. Era algo que estos últimos años me daba fuerzas para seguir adelante en los últimos momentos del curso, cuando más cansada estaba y era casi inmediata mi tirada de toalla. Ahora no tengo nada que me empuje, bueno, sí, mis amigos, pero ellos tienen que tirar ya de ellos mismos como para que también tiren de mí. Lo que me está frenando es la idea que me he creado en mi cabeza de que no voy a poder conseguir la nota necesaria, y no es que sólo me la haya creado sino que lo he comprobado: las cosas me van mal y si no tengo esa fuerza que me empuja a seguir adelante, vamos mal. Por eso tengo mucho estrés, un estrés que me mata y que, junto con las pocas fuerzas que tengo que no han sido renovadas este verano debido a que he tenido que estudiar, me está tirando hacia abajo, y esto no me hace bien.
Si recuerdas, hace algunas entradas, escribí sobre mi padre y el poco aliento que me había dado durante las vacaciones con el problema del que ya he hablado. Pues bien, ayer hablé con él, le dejé las cosas claras respecto a lo de las vacaciones y al curso – las demás cosas, por ejemplo, lo de cantar, pueden esperar, no me quitan el sueño en este momento – y me dijo que no había sido su intención, que tenía que recuperar la ilusión por estudiar, que tengo fuerzas todavía, que tanto mi madre como él creen en mí y que saben que puedo conseguir la nota necesaria. También saben que este bajón que me ha dado es algo que me da todos los años – y estoy de acuerdo con eso – y que este año ha sido antes, suponen que es por el cambio de tiempo, mi falta de vitaminas, el no haber visto el mar de cerca y haber sentido el tacto del sol en mi piel. También estoy de acuerdo: el mar me revitaliza, me recarga las pilas y este año no he tenido esa suerte.

Por otro lado están mis amigos, pero a los que considero mis grandes amigos sólo son dos – porque al tercero me da la impresión que casi no le conozco – y con uno de ellos me he enfadado. He tenido un mes malo, una semana peor, los resultados no me van bien y llevo semanas molesta – que no enfadada – con él. No me gusta que me copien las cosas que hago, llevo o digo, QUIERO SER ÚNICA CON TODO LO QUE LLEVO. Sé que te fijas en las cosas que llevo porque soy tu amiga pero hay cosas que pasan de castaño oscuro: te he perdonado pero realmente sigo molesta contigo en mi interior, no siento el perdón que te di. Lo siento, pero soy así y lo hice para no perderte. Yo también me sacrifico en esta relación, como en todas partes, no somos los únicos que nos hemos sacrificado en una amistad; y podría decir cosas que pienso que te harían sufrir porque va en contra de cosas que piensas o crees y tampoco quiero perderte, y por eso no lo hago. Tú también sacas defectos, no a mí, pero sí a un amigo tuyo, a M., y yo también reconozco que también le saco defectos, y creo que tanto tú como yo deberíamos dejarle en paz, dejarle de llamar cosas, porque no quisiéramos que a nosotros nos hagan eso y él está harto. Por eso, me comprometo desde aquí a callarme cuando algo me moleste de este chico, porque se merece un gran descanso. Y tú, me molestó tu comportamiento al llegar a clase, cuando te pedí ayuda y tú estabas a otros menesteres. Si va a llegar la profesora a clase y tengo segundos para preguntarte una duda y tú estás a otras cosas, no me lo voy a pensar dos veces y voy a pedirle ayuda a otro. No voy a perder mi tiempo esperando a que me atiendas porque no sé cuánto tiempo te va a llevar, así que, si tengo al lado mío a este chico que está con el libro encima de la mesa y con los cinco sentidos puestos en el tema que se va a preguntar en el examen, se lo pregunto. Es cuestión de tiempo, no de que quería que me lo explicase él, porque quería que me lo explicaras tú pero ante una situación en el que tiempo va a contrarreloj tengo que reaccionar rápido. Entiendo que estés sufriendo por esa chica que te gusta pero yo también he pasado por ello y a mí me han rechazado, me han dado calabazas, ella a ti todavía no, y lo he sufrido en silencio, dentro de mí sin mostrarlo todo lo que quisiera porque sabía que os acabaríais cansando de que siempre tratase el mismo tema.

De todas formas, necesito tiempo para mí, para descansar, para poner en blanco la mente, porque quiero con todas mis ansias esfumarme de este mundo durante un rato y vivir en mi propio mundo, donde tengo mi carrera de Medicina, donde me gusta mi trabajo del cual nunca me canso y donde soy feliz con el hombre al que quiero.