martes, 16 de abril de 2013

Shapes

Era cándida y dulce. O al menos así la recordaba. Le parecía el ser más frágil del universo, más que un bebé. Tenía el cabello largo y rubio, y podía imaginar que sería blanco cuando los rayos del sol impactaran sobre él. Era pequeñita, como si fuera una joven adolescente; no lo sabía porque no la conocía. Su tez era del color del cuarzo, ligeramente rosada, aunque en los días duros de invierno pertenecía a la población aria. No recordaba sus ojos, pero los imaginaba grandes, vivos. No recordaba su boca, pero la imaginaba caliente, mensajera de grandes dosis de afecto. No recordaba su nombre, pero estaba seguro de que era dulce al pronunciarlo.

Ella era la silueta en el espejo.

sábado, 6 de abril de 2013

Love Never Dies


Puso el CD que tantas veces la había acompañado a lo largo de su vida y se tumbó en el sofá de cuero negro. Las notas musicales resonaban en la estancia diáfana, junto con las imágenes que pasaban por su mente, imágenes de aquella noche mágica con aquellas mismas notas sonando a lo lejos. Allí le vio, al hombre que jamás había dejado de amar, sobre ella, besándola, acariciándola, sonriendo con esa sonrisa que jamás había cambiado. Se habían escapado en mitad del concierto porque habían sentido lo mismo: era el día, era el momento de llevar lo suyo al próximo nivel; lo necesitaban. Y allí estaban, en una pequeña explanada rodeados de flores silvestres mientras él la hacía suya; sus manos recorrían su cara, su cuello, su pecho, seguían por la cintura con destino a sus piernas. Los besos eran cada vez más apasionados, más salvajes, más llenos de deseo. No podía sentirse más viva, más feliz que en aquel momento. Y ahora, tras muchos años después, el llanto teñía las notas que un día la hicieron feliz. Sabía que las cosas habían cambiado, que a pesar de seguir siendo amigos el sentimiento nunca había cambiado. Seguía amándole en el silencio de su interior, seguía sintiendo lo mismo que sintió aquella inolvidable noche que la amó. Seguía sufriendo desde el día que se acabó.

martes, 2 de abril de 2013

Searching My Place

Estoy en mitad de clase sin enterarme de nada y ya ni me enfado, como solía pasar hace un tiempo atrás. Me dolía, sentía un pinchazo dentro. Ahora, nada. "Lamentable", dice todo mi ser, pero sigo sin tener algo que me motive a apartar mi mirada de este papel y la desplace a la pantalla donde se proyecta el Power Point.

Llevo tres meses cuestionándome lo que hago, si de verdad es esto lo que quiero o no. Y empezó cuando alguien plantó la semilla de la duda en mi interior. Alguien había visto algo que yo desconocía: mi probable infelicidad. Cuando me pregunté el porqué un familiar me decía que tenía la posibilidad de cambiar mi rumbo, fue la explosión de una bomba que creía haber desactivado antes de comenzar esta andadura. No era mi primera opción, y el alma estaba llena de tristeza y decepción. Me gustaba la idea, pero no me entusiasmaba. La marqué, viendo que era a lo único que podía aspirar. Y llegó septiembre vacío de energías, sin ánimo y con más ganas puestas en otros horizontes. Empecé, continué, llegaron las primeras malas noticias pero no me desanimé, y las vacaciones hicieron aparición. Estudié, y después de las pruebas, fue cuando realmente hice caso a lo que me habían dicho. Entonces comenzó la espiral de emociones, dudas, pensamientos. No lo tenía claro pero, cuanto más pasaban los días, más me daba cuenta de mi error: este no es mi sitio. No estoy a gusto sino desanimada, desilusionada, triste, rendida es como me siento. Quiero rendirme, algo que jamás me había propuesto hacer, pero siento que es lo único que me va a permitir emprender un nuevo camino, algo que realmente quiera. Por ahora no sé cuál es pero estoy descubriéndolo. Quiero ayuda en mi hallazgo porque hacerlo solo te puede desorientar, pero si un número de personas coinciden en lo mismo, ¿estarán equivocadas? No lo creo. Por eso es mejor hacerlo acompañada de gente que me conoce de verdad.

Ha sido una buena experiencia; no es un año perdido, o por lo menos no lo veo de ese modo. He aprendido cosas nuevas y he visto que este no es mi lugar. Me ha hecho descubrir algo que no había visto.
No me voy por las dificultades, cosa que pensé que podía ser la razón, sino porque este no es mi destino, no lo siento así. Si así fuera, sería feliz a pesar de las dificultades, tendría algo a lo que agarrarme en mitad de la tempestad, pero no es así. Voy a la deriva en mitad del océano y tengo que encontrar mi orilla para emprender mi camino "definitivo" en la vida.

Ahora es tiempo de reflexión mientras voy a clases que no me interesan, que no me atraen; y espero que en la reflexión alguien me ayude. Lo necesito.