miércoles, 16 de febrero de 2011

La teoría siempre es insuficiente

Llevo dos años escuchando los mismos ejemplos en la clase de religión: "Si te encontraras un regalo en tu mesa al llegar a casa te preguntarías de quién es, ¿no?" o "¿Cómo sabes que te quiere tu madre? Por signos que te llevan a decir que te quiere" y más como esos.

Todo es completamente teórico: muy bonito decirlo, pero, ¿y hacerlo? Nada es fácil y menos eso de no tener prejuicios, dejarte llevar por lo que te atrapa y preguntarte por el sentido de la vida. ¿Cuándo se dará cuenta este hombre que no estoy todo el día preguntándome? Tengo más cosas que hacer, aunque no niego que sea importante pero parece de vez en cuando nos quiere comer la cabeza a todos y ponernos de su lado. Estoy un pelín harta de todo esto, de tener que escuchar atentamente la teoría, leerme el libro y subrayar lo importante. Teoría, teoría y teoría otra vez. ¿Dónde han quedado los ejemplos para ilustrarnos el camino? Se han perdido, definitivamente. El profesor no quiere exponer su experiencia en ciertos casos, entonces, ¿cómo identifico lo que me dices? ¿Se lo pregunto al aire?

Pido desde aquí que si nos quieren enseñar los profesores, que éstos se curren los ejemplos. Estamos hartos siempre de lo mismo y que ciertas preguntas importantes para nosotros no se repondan ya que "las tenemos que contestar por nosotros mismos". ¿Y si no sé cómo? Pues te jodes y punto. O por lo menos eso parece, y claro si nos quejamos malo y si no lo hacemos, peor. ¿Pero en qué quedamos? ¿Nos preguntamos y nos ponemos serios con nuestra vida y por eso te preguntamos ciertas cosas o pasamos del tema y así no te preguntamos y nos ahorramos la respuesta de casi siempre? Allá ellos. Yo me seguiré preguntando y quien no me quiera responder, adiós, y quien sí quiera hacerlo, bienvenido sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario